Soy una rara avis que no había tenido necesidad de archivar información que tuviera que llevar detrás. Información en formato digital se entiende.
Tenía desde hace años un usb pequeñito, blanco, anodino... muy perdible vamos y eso es justamente lo que pasó en el momento en que más necesitaba cargar con él detrás. Un amigo se apiadó de mí en aquel momento y me prestó este que os enseño aquí.
Así se inició un duelo interno en busca del usb más original posible que ha desembocado en algunas de las piezas que os traigo.
¿Verdad que ahora entendéis que no pueda conformarme con un pincho blanco así sin más?
me parecen muy originales!! me encantan!!
ResponderEliminar¡Tendremos que hacernos con alguno Cecilia!
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